jueves, 10 de junio de 2010

Sobremaderas...

Es curioso como el sentido del gusto manifiesta una sensación de recuerdo, o mejor dicho de nostalgia, era aproximadamente las 7:32 de la noche, escuchaba un opening de un anime muy bueno (no esta demas decirlo) y el aroma de alguien se aproximo hacia mi, bueno, en realidad se encontraba en el ambiente pero esa emanación trajo recuerdos gratos y a la vez memorias de algo efímero pero consistente.
Hablando conmigo mismo sobre el hecho de escribir sobre tal episodio, generaría en nadie la importancia debida, es triste pensar que este tipo de comunicacion virtual, sea mas bien la expresión reprimida de seres ambulantes sin rumbo, sin destino.

Es por eso que al son de la radio que alguien cambio mientras escribía esto, me hizo pensar que si nosotros seremos como si fuéramos hoy, osea no saber si mañana sera distinto o igual, por mas que uno busque una sensación de seguridad no la encontrara si no lo busca en uno mismo, el otro día mientras subía a un bus por equivocación, leia el libro de jorge bruce (nos habiamos choleado tanto) y al frente mio veía a una pareja disfuncional, me hacia pensar que el destino me lo hubiera puesto delante para analizar a profundidad a lo que no debería aspirar, él, un hombre por lo visto con un sin fin de excusas para despejar cualquier duda respecto a su no-funcionalidad como novio (enamorado, futuro, gil, etc) y ella, en un plan de "yo tengo la razón y tu no" genero un ambiente cargado donde no podía escuchar ni la música de mi ipod y mucho menos entender su infructífera discusión. Lo demás es historia.

Pensar que gran parte de mi día es transportarme de bus en bus para poder llegar al destino deseado, no puedo evitar cruzarme con distintas cepas de situaciones, es como la gripe. Lo peor de todo es que como personas, no le gustan lo que ven, y si vez algo que te agrada lo tratas de desvaratar por el simple hecho de ver que tiene un error, la búsqueda de la perfección es algo que te hara ver incompleto, mas bien da gracias de ser como eres, con tus errores y tus desiluciones porque cuando menos lo esperas las cosas se acomodan de manera inexplicable y siguen su rumbo, como un juego de tetris, pa' delante y sin temor, dejen vivir y dejate vivir porque a veces lo normal es un atenuante compulsivo de la realidad.

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